El propósito de esta investigación es analizar las figuras retóricas del populismo en el discurso conservador peruano a través de la red social TikTok, dentro del marco de la polarización social peruana. Para ello, realizaremos una investigación de enfoque cualitativo y exploratorio, diseñada a partir del estudio múltiple de casos. Este trabajo amplía hallazgos precedentes, en los que la polarización social invoca a un tipo de “pueblo” que se abre paso entre las arengas políticas y el discurso populista. Por eso, este estudio se concentrará en lo siguiente: a) los tipos de populismo; b) los temas asociados a los tipos de populismo; y c) las asociaciones figurativo-temáticas del populismo, en el marco del discurso conservador de TikTok. Se busca aportar a los estudios iniciales sobre los usos político-comunicativos de TikTok en contextos de gobiernos populistas.
A partir de los hallazgos de la investigación sobre la polarización social en el Perú (Cuevas-Calderón et al., 2022), surge la necesidad de profundizar en el actor-lema principal desde el cual se construye la división social; la invocación al pueblo. En dicho trabajo, pudimos examinar que los grupos conservadores no solo tienen posiciones de enunciación que i) procuran la protección de privilegios morales, ii) la ubicación en la posición de una víctima olvidada, iii) y la búsqueda de demandas individuales más que colectivas, sino también lo hacen en nombre del pueblo, que a veces es expuesto como una potencia colectiva para el cambio o como una manada alienada y engañada. A pesar de la disparidad entre los diversos grupos sociales, en cualquiera de los casos observamos que la demanda de dicho pueblo siempre se encuentra en horizonte, en un tiempo futuro (distópico), y que las acciones de los conservadores no solo lo invocan, sino que obran “con el ejemplo”; en breve, ellos hacen de un modo para que el resto (el pueblo) se adhiera o se motive.
La demanda de este tipo particular de pueblo iniciada desde el 2011 a través de la narrativa empleada en la Marca Perú (Cánepa, 2016; 2020; Cosamalón & Durand, 2022; Martuccelli, 2015; Vergara, 2018) ha adquirido diferentes matices. De uno celebratorio que veía como una oportunidad de integración de los peruanos hasta otro más crítico que anotaba las asimetrías de poder y la legitimación hacia un solo sector de la población (por lo general inscrito en zonas urbanas, con saneamiento básico y con ingresos por encima de la media) (Ludeña, 2021). En otras palabras, la construcción discursiva de un pueblo puro (los que sí saben ser peruanos o, mejor dicho, aquellos que tienen las posibilidades económicas de serlo) frente a una dispersión contaminada (los que no saben ser peruanos). Sin embargo, los emblemas de la marca país fueron adoptados por destinatarios no previstos: las carretillas de comida, los restaurantes de inmigrantes en el extranjero, el transporte público urbano e interprovincial informal, los lugares de ocio, por solo nombrar algunos casos (Cánepa, 2019). En ese sentido, el discurso en la Marca Perú que prioriza a algunos sobre otros, puesto que su mirada es la de consumidores, en lugar de ciudadanos, excedió largamente a su “público objetivo”, y caló -en diferente gradualidad- entre los peruanos, a partir de la gastronomía, el turismo y los productos culturales.
Esta premisa nos permite indagar en las observaciones de Cuevas-Calderón et al. (2022), puesto que, a pesar de existir polarización basada en defender a un verdadero pueblo, al mismo tiempo que se acusaba a otro tipo (antiperuanos, falsos peruanos, terroristas); podemos dar cuenta de que su invocación amplía incluso el registro ideológico. En ese sentido, el “pueblo verdadero” tiene como fundamentos actividades provenientes de la comida, la excursión y el divertimento. En consecuencia, esta investigación asume la brecha de conocimiento de los trabajos precedentes para estudiar cómo se manifiestan las figuras retóricas del pueblo en el discurso conservador peruano a través de la red social TikTok durante la polarización social en el Perú, que implica tanto a los hispanistas, libertarios hasta los etnocaceristas.
En resumen, dicho pueblo es enunciado como aquel que defiende una moral, que denomina como “pura”, y una elección individual, que denomina como “nacional-democrática”. En este sentido, la invocación al pueblo se realiza desde el discurso del giro ético (Badiou, 1998; Cuevas-Calderón & Yalán Dongo, 2021; Ubilluz, 2021) de cara a refundar un interés común basado en elecciones personales, higienizar un territorio, reclamar el derecho a la injerencia, declarar la guerra contra los “terroristas” que atentan “contra la democracia”, erigir a un sujeto humanitario, comprensivo e ilustrado cuya acción educa para impedir el “Mal”. Conocemos cuáles son las líneas argumentativas; sin embargo, hace falta estudiar las figuras retóricas del pueblo que se entrelazan con discursos populistas presentes en estos grupos.