Detalles del proyecto
Descripción
La crisis sanitaria por la pandemia de la COVID 19 ha alterado la vida cotidiana de los niños y sus familias a nivel global. La reclusión por largas temporadas en el hogar es una nueva realidad a la que las familias se han tenido que adaptar. El hogar se convirtió también en escuela y oficina donde adultos y niños comparten el espacio de manera continua (Lemish 2020) y donde los padres de niños pequeños son los facilitadores del aprendizaje escolar.
El distanciamiento social y el confinamiento como estrategias para evitar el contagio contribuyeron a que nuestras vidas se vuelvan rápidamente “digitales por defecto” (Livingstone, 2020 p.1). La digitalización ha mediado ámbitos clave para el funcionamiento de la familia como la educación escolar, el entretenimiento, la socialización y en algunos casos, el trabajo. Como resultado, tanto adultos como niños han intensificado el uso de los medios digitales. De esta manera, se evidencia más claramente la centralidad de los medios digitales en la vida cotidiana infantil, realidad que académicos como Sonia Livingstone, David Buckingham y Mizuko Ito estudian y reportan desde hace más de dos décadas.
Los discursos mediáticos que han predominado en tiempos previos a la pandemia respecto a los medios digitales y la infancia han enfatizado los riesgos, modelando una visión negativa en torno a esta relación. Así, la recomendación y el sentido común han apuntado a controlar y limitar el tiempo que pasan los niños frente a las pantallas digitales (en inglés, screen time). Actualmente, en medio de la pandemia, los padres reportan menor preocupación por el uso de los medios por parte de sus hijos (Dubit 2020, citado en Götz et al. 2020), lo cual podría suponer un cambio de percepción de los padres sobre los medios digitales en la vida de sus hijos. En este sentido, un primer tema que buscamos abordar son los posibles cambios en las percepciones de los padres de familia respecto a las prácticas digitales de sus hijos y sobre las oportunidades y riesgos que implican y observan en dichas prácticas.
En la opinión de expertas del hemisferio del norte como Lemish (2020) y Livingstone (2020), el debate sobre cuánto tiempo pasan los niños frente a las pantallas parece haber sido superado en la pandemia por el de qué hacen los niños frente a las pantallas y cómo las acceden (Lemish 2020). Este giro, acompañado de una mayor presencia en el hogar por sus miembros abre oportunidad para analizar los cambios y las actuales estrategias de mediación parental en la pandemia. De la misma manera, recogeremos las dificultades y necesidades de información de los padres para una mejor mediación parental.
Las respuestas a la pandemia han acelerado la digitalización en varios aspectos de nuestras vidas, pero también han evidenciado la amplificación de desigualdades sociales donde los sectores menos privilegiados son los más afectados, en el hemisferio norte (Madianou, 2020) y sur (CEPAL, 2020; Robinson et al., 2020). En el Perú, donde las desigualdades de clase son históricas, por la pandemia, la pobreza y la desigualdad han aumentado (Banco Mundial, 2020). De esta manera, la crisis sanitaria se vive de manera desigual: para el 54 por ciento del nivel socioeconómico alto, la cuarentena ha sido llevadera, mientras que esta percepción se reduce al 32 por ciento en el nivel medio y al 12 por ciento en los sectores populares (IEP, 2020). En este marco, la presente investigación busca también explorar las posibles diferencias en las prácticas digitales y mediación parental en familias de diferentes niveles socioeconómicos.
El distanciamiento social y el confinamiento como estrategias para evitar el contagio contribuyeron a que nuestras vidas se vuelvan rápidamente “digitales por defecto” (Livingstone, 2020 p.1). La digitalización ha mediado ámbitos clave para el funcionamiento de la familia como la educación escolar, el entretenimiento, la socialización y en algunos casos, el trabajo. Como resultado, tanto adultos como niños han intensificado el uso de los medios digitales. De esta manera, se evidencia más claramente la centralidad de los medios digitales en la vida cotidiana infantil, realidad que académicos como Sonia Livingstone, David Buckingham y Mizuko Ito estudian y reportan desde hace más de dos décadas.
Los discursos mediáticos que han predominado en tiempos previos a la pandemia respecto a los medios digitales y la infancia han enfatizado los riesgos, modelando una visión negativa en torno a esta relación. Así, la recomendación y el sentido común han apuntado a controlar y limitar el tiempo que pasan los niños frente a las pantallas digitales (en inglés, screen time). Actualmente, en medio de la pandemia, los padres reportan menor preocupación por el uso de los medios por parte de sus hijos (Dubit 2020, citado en Götz et al. 2020), lo cual podría suponer un cambio de percepción de los padres sobre los medios digitales en la vida de sus hijos. En este sentido, un primer tema que buscamos abordar son los posibles cambios en las percepciones de los padres de familia respecto a las prácticas digitales de sus hijos y sobre las oportunidades y riesgos que implican y observan en dichas prácticas.
En la opinión de expertas del hemisferio del norte como Lemish (2020) y Livingstone (2020), el debate sobre cuánto tiempo pasan los niños frente a las pantallas parece haber sido superado en la pandemia por el de qué hacen los niños frente a las pantallas y cómo las acceden (Lemish 2020). Este giro, acompañado de una mayor presencia en el hogar por sus miembros abre oportunidad para analizar los cambios y las actuales estrategias de mediación parental en la pandemia. De la misma manera, recogeremos las dificultades y necesidades de información de los padres para una mejor mediación parental.
Las respuestas a la pandemia han acelerado la digitalización en varios aspectos de nuestras vidas, pero también han evidenciado la amplificación de desigualdades sociales donde los sectores menos privilegiados son los más afectados, en el hemisferio norte (Madianou, 2020) y sur (CEPAL, 2020; Robinson et al., 2020). En el Perú, donde las desigualdades de clase son históricas, por la pandemia, la pobreza y la desigualdad han aumentado (Banco Mundial, 2020). De esta manera, la crisis sanitaria se vive de manera desigual: para el 54 por ciento del nivel socioeconómico alto, la cuarentena ha sido llevadera, mientras que esta percepción se reduce al 32 por ciento en el nivel medio y al 12 por ciento en los sectores populares (IEP, 2020). En este marco, la presente investigación busca también explorar las posibles diferencias en las prácticas digitales y mediación parental en familias de diferentes niveles socioeconómicos.
Estado | Finalizado |
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Fecha de inicio/Fecha fin | 1/04/21 → 31/03/22 |
Financiación
- Universidad de Lima: S/ 19,900.00
Palabras clave
- Mediación parental digital
Áreas y líneas de investigación
- Comunicación interpersonal