Luego de dos décadas de embriaguez a causa de las celebraciones por el crecimiento de las cifras macroeconómicas y los proyectos de nation branding que implicaron la revalorización de lo nacional, el Perú ha pasado por una etapa en la que parecía existir ciertos significantes que convocaban las pluralidades sociales con la finalidad de propiciar un país más integrado (Cuevas-Calderon, 2016; Cuevas-Calderón, 2019). Sin embargo, esta etapa tuvo al neoliberalismo como su motivador (Delgado, 2001), en el que la diferencia era prioritariamente celebrada a partir de su mercantilización. Tras esto, una tensa calma cundió por varios años, y en donde, el ser distinto era posible en tanto se abdicará a su aparición política, en detrimento, de una económica (Cánepa Koch, 2020; Lossio Chávez, 2019). En breve, la diversidad, la multiculturalidad y la tolerancia eran enarboladas en tanto no alterase el status quo (Martuccelli, 2019).
Sin embargo, dicha calma se vio irrumpida luego de conocer los resultados de las elecciones presidenciales. El país que se fundía (al menos bajo la óptica del mercado) en un crisol de razas, se polarizaba entre bandos cuyos emblemas versaban en contra de algo o de alguien (Dargent, 2021; Vergara, 2018; Villanueva Mansilla, 2021). En medio de “Fujimori nunca más” o “Terrorismo nunca más”, las tomas de posición, de cara ya no solo a las elecciones sino a las formas de vida, evidenciaron que este no es un país de todas las sangres, sino que es día con día, más ancho y más ajeno (Ubilluz, 2021; Vich, 2021).
Aunque la lectura desde la politología suele comprender las polarizaciones como un fenómeno conjunto al proceso electoral, como un reflejo a los cambios gubernamentales que están teniendo lugar en Argentina, Chile, Colombia y Perú, o simplemente como el auge de los extremos, esta investigación recoge los retos planteados por las Ciencias Sociales para aventurarse a explorar la pregunta en torno al lenguaje que adquieren dichas polarizaciones. Al ser un trabajo cuya epistemología es sociosemiótica, parte de los avances generados por las Ciencias Humanas, para enfocarse en las formas de cómo deviene lenguaje la polarización social, y con ello, preguntarse por cómo se emplean algunos signos para transmitir ciertos mensajes (Bacallao Pino & Sanz Hernández, 2017; Harp & Bachmann, 2012; Leone, 2012; Muro-Ampuero & Bach, 2019).
En ese sentido, la literatura más reciente demanda una aproximación desde cerca y desde adentro a la polarización social (Kurze, 2016; Marín Dueñas et al., 2019; Mendonca & Bustamante, 2020; Rozas Bugueño & Somma, 2020; Somma, Bargsted, & Sánchez, 2020), ya que al ofrecer una perspectiva desde lejos y desde afuera, se dejan de apreciar los procedimientos, los modos de acercamiento, prestando atención a los detalles y los fragmentos que puedan obtenerse de un todo para ofrecer una pista de un nuevo entendimiento (Somma, 2021; Somma, Bargsted, Disi Pavlic, et al., 2020; Somma & Medel, 2019). Razón por la cual, la aproximación semiótica busca aportar a los avances de las disciplinas sociales, claro está, enfocándose en la producción del lenguaje, más que en sus determinantes, antecedentes, o condiciones de posibilidad. En consecuencia, una aproximación que amplía a partir de concentrarse en los signos, símbolos, palabras, emblemas, etcétera (Cuevas-Calderón & Yalán Dongo, 2021).
A pesar de que existe una basta literatura que ha examinado la polarización social, nuestra investigación busca estudiarla dentro de las protestas sociales en el marco de la inestabilidad gubernamental a partir del 28 de julio de 2020, con la finalidad de comprender los signos empleados para enunciar la polarización en la protesta. Desde nuestra perspectiva, la polarización puede encontrar diversas manifestaciones sociales, no obstante, es la protesta la que adquiere una interacción privilegiada en tanto consigue mayor participación ciudadana, representación mediática y condición de posibilidad para la transformación social (Fillieule y Tartakowsky, 2015). A estas características se suma la mediatización de la protesta a través de las plataformas digitales, redes sociales y prolongaciones de la protesta virtualizada. De aquí se sostiene la pregunta de investigación general ¿Cuáles son las formas de representación de la protesta social urbana a través de Tik Tok y Twitter durante el contexto de polarización social en el marco de la inestabilidad gubernamental?