Seguridad e inseguridad han dejado de ser un problema local para convertirse en el común denominador de varias ciudades. Los sentimientos de zozobra parecen haberse convertido en el nuevo denominador de hermandad. Y es que ante la sensación de abandono del Estado en torno a la regulación de la seguridad, la sociedad civil se ha organizado de tal forma que ante el vacío, la sensación de seguridad se mantenga a flote. A pesar de ello, la percepción de inseguridad aumenta a la par de los dispositivos de representación de seguridad que devienen en ficciones produciendo paradójicos niveles de enclaustramientos. Desde casetas de seguridad privadas hasta muros de concreto o creaciones de mini-ciudades que gozan de aquello que evita que salgan de esos lugares, esta investigación busca examinar los componentes de estas narrativas en la ciudad de Lima debido a que cuenta con el mayor índice de contradicción entre los niveles de criminalidad y percepción de inseguridad. De ese modo nuestro objetivo es desentrañar las ficciones que se tejen alrededor, los discursos que acarrean y la polarización social que emerge.